La Casona de la Peña, un Palacio con buena onda

La Casona de la Peña (siglo XVI), una de las joyas patrimoniales del Cantábrico ubicado a pocos kilómetros de algunas de las playas más bellas del entorno de Santander y que los amantes del surf han convertido en todo un santuario, cuelga el cartel de ‘Se vende’ aprovechando el tirón inmobiliario de espacios singulares comercializados a través de la Red

Jardines con vistas al mar, salones señoriales que rebosan magia y buen gusto, cuartos de baño en los que cabría un apartamento de Ikea y decenas de estancias en las que las manillas del reloj parecen haberse detenido tras unos gruesos muros de mampostería que quedaron congelados en los márgenes del tiempo. Hoy todo este bagaje está a la venta. El precio: 3,8 millones de euros con los que no sólo se compran 9.000 metros cuadrados de una de las últimas joyas del Cantábrico absolutamente funcional y en perfecto estado de uso y mantenimiento; sino los cinco siglos de historia que custodian el lugar de origen del linaje Vélez de Hontanilla, Alguacil Mayor de la Inquisición Navarra y alcalde de la Junta de Siete Villas y Valle de Mena. Cientos de años miran desde sus balcones las olas de uno de los ‘santuarios’ de la escena surfística nacional, las playas de Ajo, Somo o Langre; algunos de los enclaves más bellos a este lado de la Bahía de Santander. Se trata del capítulo más reciente de un relato cuyas últimas páginas están aún por escribir. Son folios en blanco a disposición del futuro propietario de un inmueble único que pone a la venta la firma especializada en la comercialización de fincas singulares ‘Bernadó Luxury Houses’.

«Es un lugar ideal para aquellos que aman el lujo y que buscan un lugar con encanto y personalidad.»

Uno de los espacios residenciales más exclusivos de la zona

El Palacio o Casona de la Peña, rodeado de lomas perfectas de verdes paisajes que se asoman al Cantábrico, es una de esas joyas encantadas a la búsqueda de dueño; un fenómeno que ha crecido gracias a las posibilidades de promoción que ofrece Internet. Historia y nuevas tecnologías a un golpe de clic; una fórmula que nunca falla. Residencia noble, finca de esparcimiento con estatus señorial; su situación de casa de recreo dio paso a uno de los proyectos de ocio más exclusivos de la oferta hotelera de Cantabria cuando pasó a manos de un emprendedor local, un amante de las antigüedades que rescató este inmueble del abandono al que había estado condenado durante décadas. El restaurador lo convirtió en un espléndido Hotel Boutique de Cinco Estrellas Lujo y con esfuerzo, dedicación e inversión lo transformó en uno de los espacios residenciales más exclusivos de la zona; con estancias convertidas en auténticas galerías de arte, baños de varias decenas de metros y espléndidas ‘suites’ con encanto que se distribuyen a través de las dos plantas con las que cuenta el edificio. 

El proyecto de un visionario

La dedicación y el esmero desplegados por la mano del empresario cántabro que se hizo con la propiedad a finales de los 90’s, fueron convirtiendo al Palacio de la Peña en una auténtico ‘contenedor’ de arte. Sus estancias recrean pasajes de algunas de las mejores páginas de los libros de Historia de este país. Cuadros, alfombras únicas de la Real Fábrica de Tapices, piezas patrimoniales de gran belleza y alguna que otra sorpresa en forma de cúpula-oratorio aguardan al futuro propietario de un inmueble que vivió el esplendor de una de las épocas doradas de la comarca. 

“Se trata, sin duda, de una de las propiedades más bellas de nuestro catálogo”, aseguran desde ‘Bernadó Luxury Houses’; a la que se ha encargado su venta; una firma inmobiliaria con experiencia en la comercialización de propiedades singulares y por cuyo portal han pasado ya Bienes de Interés Cultural (BIC) como la propia fortaleza de San Ramón, una de las fincas monumentales más bellas del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar.

Una finca única

“Tratamos de conciliar los intereses de los propietarios como los que en estos momentos ostentan la titularidad de Palacio de la Peña con el de particulares o inversores que estén interesados en llevar a cabo a una apuesta por la singularidad en el marco del mercado inmobiliario español”; puntualizan. 

Y son precisamente esos matices de singularidad, exclusividad y buen gusto los que definen este inmueble histórico emplazado a escasos 25 minutos de la ciudad de Santander y a menos de hora de Bilbao; una finca única en el catálogo residencial nacional que ahora busca dueño; un propietario capaz de desembolsar los 3,8 millones de euros en los que se ha fijado su venta y que, desde luego, dan derecho a algo más que un buen desayuno cántabro con vistas al mar. 

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